Torneo grande este Grand Prix de Bakú, con derroche de puntos de cara a clasificación olímpica, incluso más que un continental y contando desde ya al 100% y hasta el europeo del próximo año. De feroz se puede calificar el circuito internacional de judo ahora mismo y con sus deportistas mostrando un apetito voraz por embolsarse puntos, y así lo reflejaban la alta cota de participación con alrededor de 350 judokas venidos de 49 países.
Y buena captura para los españoles que salían hoy al tatami del Serhedchi Olympic Sport Centre, en -66 Kg. Sugoi Uriarte lograba llegar a la final y cedía con el esloveno Rock Draksic. El judoka del Valencia Terra i Mar a las órdenes de Ronaldo Veitía Jr. y Salvador Gómez firmaba una actuación impecable batiendo de un plumazo al ruso Denis Lavrentyev, casi sin despeinarse se deshacía en treinta segundos del francés Florent Urani, lucha muy disputada con el uzbeco Mirhazid Farmonov que el alavés resolvía con la seguridad que le caracteriza, en semifinales fundía al marcador y al italiano Francesco Faraldo.
Su pareja y compañera de club Laura Gómez daba cuenta de otra gran actuación logrando el bronce tras apear del torneo a la local Aysel Osmandi, la kazajo Lenariya Mingazova, con la finlandesa Jaana Sundberg se mostraba intratable, hacia concesiones en semifinales con la francesa Priscilla Gneto a la postre campeona del torneo. Su compañera de selección Ana Carrascosa en -52 Kg. lograba la quinta posición al ceder en la lucha por el bronce con la turca Aynur Samat, de momento la contienda por la plaza olímpica que disputan ambas valencianas queda del lado de Gómez.
También quinto puesto en -57 Kg. para Conchi Bellorín tras caer con la china y finalista Hui Wang, misma suerte para la apuesta de pretérito del judo español con la alicantina Isabel Fernández que reincide nuevamente en no pasar el corte de las preliminares en citas de importe, superaba el primer combate con la francesa Morgane Ribaut y caía fulminada en menos de un minuto a manos de la azerbaiyana y campeona del torneo Kifayat Gasimova, el próximo Grand Slam de Moscú será el quinto pero no último banco de pruebas de este reto arqueologico que ha demostrado sobradamente aquello de rentabilidades pasadas no garantizan rentabilidades futuras.
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