Cada lunes, miércoles y viernes, los alumnos de las Escuelas Deportivas de Judo de la capital malagueña se enfundan su judogui y se suben al tatami para comenzar su sesión de entrenamiento. En una hora hay que depurar la técnica, jugar y combatir, siempre desde la filosofía del respeto al compañero.
Recomendado por la Unesco como el deporte más indicado en la infancia, el judo conjuga una serie de factores que lo hacen ideal para la práctica de los más pequeños. Así, aunque se trata de una disciplina de lucha, guarda la tradición del respeto al compañero y su integridad física y moral. Además, comparte los valores de los deportes de equipo, ya que no se puede practicar en solitario. «El judo les da a los niños una serie de situaciones motrices muy divertidas, como luchar, revolcarse, saltar, arrastrar, tirarse, etc. Este deporte les permite hacer ejercicios que no se dan en otras modalidades», indica Rafael Núñez, técnico de una de las escuelas y ayudante en la coordinación. Actualmente, un total de 170 alumnos se distribuyen por cinco núcleos deportivos de la ciudad. La presencia femenina alcanza ya el 25 por ciento del alumnado y su participación va en aumento, ya que las chicas «son las más fieles a la hora de repetir temporada». Los grupos están organizados por edades pero, como ocurre en otros deportes, para ciertas actividades se disponen por categorías, en este caso atendiendo al color de los cinturones.
Los polideportivos José Paterna (El Palo), Trinidad-Malasaña, Antonio Jesús López Nieto (Colegio Divino Pastor) aún cuentan con plazas disponibles, aunque se encuentran cerca de completar el cupo. En Tiro de Pichón y Ciudad Jardín existe lista de espera.
Sesiones
Los entrenamientos suelen comenzar con un calentamiento, en el que suele primar el juego, para continuar con ejercicios de técnicas de caídas que resultan imprescindibles para la seguridad en la práctica de esta disciplina olímpica. «Estas son las técnicas que resultan más complicadas para los alumnos, especialmente cuando hay que realizarlas para el lado que no dominan» explica Rafael Núñez.
La sesión avanza con las técnicas o juegos en el suelo, donde se lucha de rodillas, sentado o tumbado con el objetivo de inmovilizar al contrincante. A éstas le siguen las técnicas o juegos de judo en pie, con el fin de derribar al compañero. «En estas edades, el juego es el principal instrumento de enseñanza», señala el técnico, «por eso los combates son las actividades más reclamadas por los alumnos». La vuelta a la calma se lleva a cabo a través de alguna actividad de esparcimiento y se cierra la sesión con el saludo final.
El programa de actividades que la Fundación Deportiva lleva a cabo durante el año–presentación oficial de las escuelas, Juegos Deportivos Municipales y la fiesta de fin de curso– así como las propias de las escuelas de judo –festival de Navidad, exámenes de paso de grados y stage de Semana Blanca–permite a los alumnos desarrollar lo trabajado durante las clases diarias y relacionarse con el resto de compañeros. Además, los niños acuden a las actividades que propone la Federación Andaluza de Judo para las categorías que entran dentro de las escuelas. En este sentido, hay que destacar el gran nivel y los excelentes resultados de los judokas en los Juegos Deportivos Municipales y en el resto de actividades durante la pasada temporada.
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